domingo, 12 de febrero de 2012

La invasión

Estar embarazado es estar invadido. Algo dentro de mi crece, se mueve, se estira. Mientras tanto yo engordo, vomito, me canso. 
Me miro en el espejo y reconozco un cuerpo ajeno. Medidas: 103-94-100. La ropa que llena mi closet ya no me sirve.
"Es una bendición", me dicen y sí, claro, por fin el deseo de tener un bebé se hace realidad. Hay que tener cuidado con lo que se desea. Uno anhela cosas grandes sin pensar en la letra menuda.
Mi invasión tiene hoy el tamaño de un aguacate. 
Me gusta mi aguacate.

1 comentario:

Ana María Mesa Villegas dijo...

A unas nos pasa eso de crecer para los lados sin necesidad de los hijos, así que qué bueno que sea por el mejor de los motivos : )